#IniciativaDistopíasReal ft Kim
¡Hola a todo el mundo! ¿Como están? Espero que muy bien, yo con muchisimo calor pero bueno lo lindo es que ya estoy de vacaciones y tengo un montón de tiempo libre. En fin, para los que no saben, me uní a la iniciativa Real, ¿Real? el mes de Octubre, y por ciertos problemas, con mi compañera de Noviembre, Kimberly del blog laesquinadeesking decidimos subir la entrada este mes asi que imaginen que es Noviembre jajaja. Como queriamos hacer algo original, se nos ocurrio crear historias cortas, mi historia esta publicada en su blog ( haz click aquí para leer mi historia) y la suya en el mio. Sin mucho mas que decir, lxs dejo con la historia de Kim. ¡Espero que la disfruten!
Historia Corta
creada por Kim.
Se suponía que
yo ya era “Anonima” y ya no pertenecía a ningún sistema. Ya no recuerdo cuando
fue la última vez que me llamaron por mi nombre o notaron mi presencia en algún
lugar, yo no sé como sucedió todo esto, literal, no lo sé. El ultimo y único
recuerdo que tengo de mi anterior vida, o mejor dicho cuando estaba viva era
que un día simplemente de llegar del colegio ya mis padres no eran ello; ellos
veían la televisión vestidos como en los años 50s algo que no me parecía
extraño ya que ellos eran un tanto extravagantes, pero lo que si me llamo la
atención es que veían la televisión con una sonrisa amplia, esa escena me
perturbo lo suficiente como para no olvidarlo, no era lo que veían porque la
televisión estaba encendida pero no había nada allí, absolutamente nada, solo
se veía un fondo blanco muy intenso, pero su sonrisa, esa sonrisa era
perturbadora casi se podía gesticular apropiadamente, se podía ver la sonrisa
en sus rostros pero no se veían felices cuando los mirabas a los ojos, en sus
ojos no había nada, absolutamente nada, eran sombríos y sin alma, como que si
les fuesen quitado el alma… y prácticamente eso fue lo que pasó, y eso fue lo
que me pasó…
Un día desperté
y ya no me acordaba de nada, solo ese pequeño fragmento de mis padres viendo la
televisión. Cuando desperté yo también tenía esa mirada, esa sonrisa y ese tipo
de prendas, estaba consciente de lo que estaba haciendo, pero yo no lo estaba
haciendo. Mi cuerpo se movía como si alguien lo controlara, como si yo fuera un
alma atrapada en una maquina. Eso ya hace un año, todos vestimos iguales, nos
comportamos iguales y nuestros rostros se ven iguales, nadie habla de lo que
sucede ni de lo que sucedió, nadie habla, no está permitido y, si lo estuviera
estoy segura de que también estuvieran controladas nuestras palabras. Puedo
escuchar la propaganda de todos los días que nos dice que debemos de trabajar y
esforzarnos para que este lugar siga como está, es una tonta propaganda a mi
parecer porque eso es lo único que se hace y si uno no quisiera trabajar que es algo que no quiero hacer como muchos de aquí no estaría en
mi poder el derecho de renunciar, todos hacemos lo que está programado, o así
lo veo. Según veo y se me deja pensar es que algo paso aquel día o en esos días
en el cual llegue del colegio, algo nos hicieron. Al despertar me di cuenta de
ya muchas cosas:
1-Ya este hueco
donde vivimos no tenía otro nombre, se llamaba La Cupula, porque era así,
vivíamos en una especie de cúpula, no había un cielo real, era digital. Solo
llovía una vez al mes y era algo de todo un día completo.
2-Todos teníamos
que vestir igual, porque todos debíamos de ser iguales, eso quiere decir, las
mujeres tenían un solo peinado, los hombres solo se podían hacer el mismo
corte, todos teníamos la misma gamas de colores y uniformes, para cada día un
uniforme diferente pero todos debíamos estar iguales. Supongo que eso era para
que nosotros estuviéramos consientes de que día era.
3-Todos
tendíamos que comer lo mismo, a la misma hora, todos los días, ya no existían
alimentos procesados, lo único que se nos permitía comer era arroz, pure y
carne, eso sería lo que comeríamos todos los días, a la hora del desayuno, la
del almuerzo y el de la cena.
Eso es lo que
podía hacer destacar de todos los cambios efectuados en La Cupula, y claro, por
ultimo y no menos importante.
4-No había
televisión, radio o siquiera música. Si prendías el televisor solo verías un
fondo blanco intenso, si prendías la radio solo escucharías la propaganda de
todas las mañanas, no se nos permitía estar consciente de que sucedía a nuestro
alrededor ni fuera de La Cupula y, bueno… la música, eso nunca la encontrarías
en ningún lugar.
Esta vida está
controlada o según veo esta privada, algo o alguien nos mantiene caminando como
zombis, sonriendo las 24/7, algo…
<<Pi, pi,
pi…>>
Algo empezó a
sonar en el vagón del tren donde me encontraba, algo estaba pasando, pero no me
podía mover, quería levantarme y saber que ocurría pero no podía, ese sonido
era cada vez más y más intenso, casi se volvía ensordecedor y de un momento a
otro se detuvo como si nada hubiese pasado. Pero todos sabíamos aunque no nos
moviéramos que algo iba a pasar, al fin algo iba a ocurrir.
Y de repente la
propaganda se distorsiono y un hombre empezó a hablar.
—Hola habitantes
de la ciudad ahora llamada La Cupula, ¿cómo se encuentran? Creo que un poco
controlados—Empezó a hablar este con un tono burlon en su voz. Tenía él una voz
ronca, y se veía atractivo pero por alguna razón me desagrado, continuo
hablando pero ya no estaba de broma, su rostro cambio y ahora estaba muy
serio—Como muchos se pudieron dar cuenta esta acaba de sonar un Fragileo, ¿qué
es eso? Bueno un dispositivo que nos permitirá controlarlos a ustedes, por al
menos veinticuatro horas, eso dispositivo solo funcionara cuando yo presione
este botón que está aquí—Este hombre muestra en cámara un pequeño botón rojo
que estaba situado en algo parecido a una radio…—Bien, esto no es para
asustarlos a ustedes, es para asustarlos a ellos, “Los Cabeza Alta”-¿Los qué?
Este tipo está loco—Ellos son los que los han tenido controlando todo este
tiempo. Les voy a contar una historia, pero esta historia es un tanto larga y
por eso mejor se los dejo para otro día, pero por ahora me tengo que despedir,
pero antes me tendré que llevar a alguno de ustedes, así que déjenme pensar… de
tin marin de do pingüe… a los del vagón 6-B…
<<¡¿Qué!?
Ese es mi vagón…>>
Y de la nada
aparecieron unos hombres vestidos de manera muy extraña, habían como 60 hombres
los cuales nos apuntaban con un arma a cada uno de los que estaban en el vagón…
—¿No sé suponía
que nos iban a llevar? Ese chico dijo “me los voy a llevar” no dijo “los voy a
matar”—Proteste, elevando la voz, al momento de haber hablado todos me
voltearon a ver y se pudieron escuchar unos pasos, alguien se estaba acercando
y vena a mi dirección.
—Con que si era
verdad que había una chica a la cual el chip no lo había servido—Esa voz, era
la del hombre de hace rato—Perfecto, a ti no te dispararemos, a los demás
sí…—Subí la mirada y solo me dio terror al escuchar aquello y supongo que se
daría cuenta ponqué luego dijo:—Tranquila, no los mataré es para poder
quitarles el chip que no les permite ni hablar… no te preocupes número
veintiuno.
Luego de dicho
eso, me tomaron de brazo y me llevaron a fuera del tren, todas las demás
personas parecían como si no fuera ocurrido nada, siguieron como si nada, y a
lo lejos puede escuchar disparos los cuales supuse eran los que tenían que
darle a las personas de mi vagón, mientras caminábamos todo se volvió negro y
solo caí.
—Buenas noches
querido vagón 6-B—Una mujer empezó a
hablar, tenía una voz muy chillona, lo suficiente como para
despertarme—Espero que hayan podido dormir bien, perdonen lo sucedido esta
mañana en el tren, aquel disparo que recibieron en la nuca era para que el chip
que tenían se destruyera, no se preocupen, no hay nada de qué preocuparse…
Claro, excepto numero veintiuno, ella no recibió disparo porque en si su chip
por alguna razón no funcionaba correctamente. Pero bienvenidos.
Todo las
personas del vagón se encontraba vestida de un color blanco, todos estábamos
sentados en una mesa con comida al frente, había de todo allí, comida la cual
sabia de ella pero no me acordaba de su nombre ni de su sabor. Nos
encontrábamos en un vagón de tren, o eso me parecía era demasiado espacioso
para serlo pero cumplía con todas las características de este. Me encontré a mi
misma observando no solo a el vagón sino también a un hombre que encontraba a
la cabeza de la mesa, el tenia la mirada en mi, era casi aterrador cuando de
repente se levanto de la meza y empezó a hablar.
—Les contaré una
historia, aquella que les prometí esta mañana… Hace cincuenta años una compañía
llamada “Los cabeza alta” ellos plantearon una hipótesis, si en el mundo se
comportara, comiera, viviera, vistiera y pensara igual todos los crímenes
terminarían… duraron una década experimentando con personas que no tuvieran
familia ni nada parecido para que no hubieran problemas si ellos se enfermaran
y murieran. Todos los intentos que realizaron para que las personas pudieran
ser controladas fallaron.
>>Un día
un joven les comento que el fallo estaba en que querían controlar sus
pensamientos, que si tan solo programaran a el cerebro con órdenes para
comportarse era más que suficiente, es decir, colocar un dispositivo que le
ordenada al cerebro acciones y no pensamientos a lo mejor podríamos ganar. Y
eso se hizo y, funcionó, se podía controlar al hombre. Un día de la nada usaron
al primer ministro para poder obtener poder, esa compañía no solo quería
dinero, no, ellos también querían poder y por eso quería poder controlar un
pequeño lugar para ello, querían un una ciudad pero una que no fuera tan
importante, una de la cual nadie le tomara importancia y esa ciudad fue esta…
—Ajá y que se
supone que quieren hacer ustedes, ¿qué volvamos a la normalidad? ¿Qué volvamos
a tener control de nosotros?—Le interrumpí—No te hagas el bueno, estoy más que
segura que el joven con la brillante idea del chip fuiste tú, de otra manera
¿Cómo te sabes tan bien la historia y como te sabias de mi dispositivo? Además
del hecho de saber quitarlo. No quiero que te me hagas el bueno, ¿Cuál es tú
verdadero interés en nosotros?—Me alce e la mesa, sin quitarle la mirada de
encima.
—Ja, la gata
después de mucho tiempo de sin poder maullar empezó a ladrar—Dijo él esbozando
una sonrisa—donde están mis modales me llamo Dylan, y si me vuelves a hablar
así te mato.—Su voz era burlona pero se notaba que no mentía pero no le iba a
mostrar lo aterraba que me encontraba.
—N-no me vuelvas
a llamar así—Dije acercándome a Dylan sin importan que me estuviesen apuntando
todos los demás con un arca. Él se quedo inmóvil ante mí y solo hizo una señal
con la mano para que todos se calmaran y dejaran de apuntarme.
—Dime niña-Ahora
era la chica la cual empezaba a hablar por fin-- ¿Te gusta vivir como zombi? O
¿A ustedes? No lo creo, así que en vez de estar buscándole una tercera para a
la gallina, siéntate, cállate y deja de interrumpir. ¿Quieres vivir? Deja de
darle tantas vueltas y haz lo que te digamos. Ya no perteneces al sistema, eres
anónima, ya no tienes nombre, como ninguno de ustedes. Ahora se llamaran por
números ¿entendieron?
Aquellas
palabras me callaron, no podía opinar más de lo sucedido. Ahora me llamaba
numero veintiuno, era anónima y no pertenecía al sistema y mi misión era
simplemente salir de esta basura llamada
“La Cupula”
Esto ha sido todo por ahora ¡Espero que les haya gustado la entrada conjunta!
Bel
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